
Misión Imposible
El último espectáculo cirque d'action

Bien dicen por ahí: No hay plazo que no se cumpla. Y en efecto, el tiempo es algo finito, al menos para nosotros los seres humanos, y es así como llega a las pantallas de México el último rodeo de Tom Cruise como Ethan Hunt, el agente del IMF, agencia secreta de los EE.UU., que en esta ocasión se verá en la encrucijada de solucionar su siguiente misión confrontando al pasado en todos los sentidos.
Partiendo de donde nos dejó la última entrega, Ethan Hunt y su equipo se enfrentan a "La Entidad", un software que ha cobrado conciencia propia y pretende establecer un nuevo orden mundial, manipulando a Gabriel, un antiguo némesis de Ethan quien le ha hecho la vida imposible, eliminando a sus seres queridos en el camino. Ahora, en estado de fugitivo, Ethan tendrá que buscar la forma de desactivar este software por medio de técnicas del mundo terrenal versus el digital.
Cabe informar que siempre he sido fanático de esta saga, y sobre todo desde la tercera entrega, me parece que la franquicia logró un giro muy interesante donde cada una de sus películas se ha vuelto un evento, casi espectáculo. Los efectos especiales se han vuelto mayores, el riesgo en las escenas de acción se ha magnificado y la trama en sí se fue entrelazando de la mejor forma posible. Si bien esta película no es la mejor de la saga, sin duda es el final que siempre estaba destinado a tener.
Su larga duración, si bien a momentos en ritmo trastabilla, no deja de mantenerte al filo de la butaca con el espectáculo visual que estás viendo, cada secuencia, cada momento es clave para entender la trama y darle sentido a la dificultad de lo que está en juego en esta misión.
Dentro de su propuesta de subtrama, que en este caso engloba este gran debate sobre el potencial de “conciencia” que las nuevas tecnologías pudieran obtener y como se llevarían a ser armas de destrucción masiva, no deja de llamar la atención lo análogo que tiene que ser la solución, y en este caso es que a pesar de estar situada en el siglo XXI, de alguna forma volvemos a esa primera entrega de Misión Imposible donde todo fue análogo y práctico, y es aquí donde está la gloria de la película, donde desde la secuencia del submarino hasta la final con las avionetas, logran un combo perfecto de nostalgia y evolución que asombrará hasta el más escéptico dentro del género.
Por último, y con las palmas pegando al máximo y con quitada de sombrero incluida, Tom Cruise es un tour de forcé como nunca se había visto, y eso que hemos tenido “La Firma”, las dos entregas de “Top Gun”, “Jack Reacher”, “Encuentro Explosivo”, “Al filo del mañana”, en fin, la lista sigue, y es aquí donde el sabor es agridulce, no tengo la menor duda de que Cruise todavía le queda harto tramo, pero es en esta entrega donde se le admira (y si es que lo cumplen) el hecho de llamarla “La sentencia final”, y vaya que se siente, desde escenas acuáticas hasta combate en el aire, pasando por sus clásicos sprints corriendo hasta su carisma en pantalla, Ethan Hunt se ha vuelto una figura de la cultura pop consolidada, y aún más, Tom Cruise como la última gran marca de superestrella en Hollywood.
“Misión Imposible: La sentencia final”, más que una despedida, es la gran demostración de lo que el cine de verano y de escala significa, una trama sólida, personajes entrañables, producción de primer nivel y espectáculo visual.
Sin duda esta película es la gran razón para seguir haciendo largometrajes de casi 3 horas de duración, el espectáculo se va “en un parpadeo”, véanla y lo entenderán.